Sin querer queriendo

Saludos queridos artistas 🙂

Hoy quiero compartir contigo mi pensamiento sobre aquellas personas que con sus actos y sus comentarios suelen hacerle daño a personas que quieren, y lo hacen muchas veces como el Chavo del 8 «sin querer queriendo«.

En la vida he tenido que lidiar con personas como éstas y la experiencia no ha sido muy gratificante pues, aunque el daño en muchos casos no ha sido directamente a mí, he visto cómo contribuyen al deterioro de relaciones de amistad y amor, relaciones laborales y demás.

En todas partes las hay, incluso en las mejores familias, y el daño va desde lo emocional hasta el rompimiento de lazos sin importar el tiempo que tengan juntos.

A este tipo de personas les encanta estar enterados de la vida de quienes les rodean, se ganan la confianza de los demás con facilidad para luego utilizar la información obtenida en contra de éstos.

Pero también los hay, a quienes les molesta el progreso y la felicidad de los demás por lo que, se ven impulsados a sembrar cizaña entre sus allegados para que esa felicidad no sea duradera. Y ni hablar de aquellos que utilizan el daño como arma de reglamento para escalar posiciones o ganar puntos ante sus jefes, empañando la imagen y el trabajo de sus compañeros.

Mi recomendación, ante este tipo de vampiros emocionales es, tratar de identificarlos, en primer lugar, y evitarlos siempre que se pueda. No compenetrarse mucho con ellos, no ofrecer más información de la necesaria, en cuestiones personales, y lo más importante actuar con una actitud intachable de modo que estos dañinos no puedan aprovecharse de los posibles errores que puedas cometer.

Me despido por hoy queridos aristas, porque todo el que ejerce una profesión es un artista en su área y como dice una frase… De artistas y locos… todos tenemos un poco.

Hasta la próxima.

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